Cuando éramos enamorados, caminábamos cogidos de la mano alrededor del parque que estaba a la espalda del instituto ¿Lo recuerdas?. Hablábamos de todo, nos abrazábamos, besábamos y reíamos mucho. Esos eran días felices, no teníamos nada; sin embargo, teniéndonos el uno al otro, sentíamos que lo teníamos todo.
Ahora, tenemos un departamento en un (bello) distrito céntrico y un parque a la espalda; que ni siquiera vemos cuando pasamos ¿Qué tal cambio no?
Sólo me queda recordar aquellos tiempos que parece no volverán...