Estoy con la idea de renunciar a mi trabajo, es más, ya hablé con el gerente y con mi jefe. Pero como tengo un ligero retraso decidí hacerme la prueba de embarazo por si las moscas. Me fui a varias farmacias y compré diferentes marcas para tener una mayor certeza, y en todas las pruebas que me hice salió positivo. Entonces le dije a tu papá que quería ir al hospital a hacerme una prueba de sangre para estar más seguros antes de renunciar, no vaya a ser que me quede sin empleo y esté embarazada, eso sería fatal.
Cuando me entregaron los resultados de la prueba fue como si el tiempo se congelara, y leí el resultado en camara lenta: POSITIVO. No lo podía creer, pensé que era un sueño, ¡ya! estaba embarazada. Por fin había llegado el momento que siempre había esperado. Así que ilusionada decidí hacerme la ecografía para saber cuánto tiempo tenía. Espere mi turno hasta que escuché mi apellido, pasé con miedo. Siempre que había entrado había sido para ver mis quistes o algún problema en mi estómago, pero nunca para ver a otro ser. Con muchos nervios entré y comencé a respirar lento para poder tranquilizarme. Cuando de pronto, el doctor me indica que mire el monitor, y te vi. Estabas chiquitito, pero ahí estabas. Veía como respirabas y el doctor me dijo que podíamos escuchar tus latidos. Puso en altavoz y efectivamente pudimos escuchar tu pequeño corazón, quice llorar de la emoción. Había ido a hacerme un descarte por así decirlo y resulta que ya tenías 6 semanas y 3 días en mi vientre.
Pero no todo fue alegría, el doctor me hizo pisar tierra cuando me dijo que tus latidos eran muy lentos y eso era una mala señal. ¿Qué quiere decir, Doctor? - pregunté. No te quiero alarmar, pero puedes perderlo - respondió. En esos momentos mi torre de felicidad empezó a venirse abajo, por qué la felicidad tubo que durar tan poco. Me preguntó si me atendía con algún ginecólogo y le dije que no, entonces me dijo que sacara cita ahí mismo para que me pudieran brindar mayor información. Esperé mi turno nuevamente en el área de ginecología, pero ahora mi rostro era de preocupación, hasta que pude hablar con el doctor. Me dijo que los latidos en estas semanas son inestables y no se podía determinar nada, que a partir de la semana 7 u 8, tu ritmo cardíaco se estabilizaría. Sólo quedaba esperar, a ver si tus latidos se normalizaban, o simplemente tu corazoncito se detendría.
Así que sólo queda esperar y pedirle a Dios que te fuerzas bebe, ¡Vamos, tu puedes! :')