jueves, 31 de diciembre de 2015

Princesa

Hace un par de meses han estado muriendo muchos perros en mi barrio, entre ellos Pando (perro de mi prima Kiara) y Alemi (perrita de mis primos Alejandro y Emily) a los que le teníamos mucho cariño toda la familia y recordé lo que pasó un Domingo de Julio. 

Como era costumbre, saqué a pasear a mi princesa (diría que es mi mascota, pero no la considero así. Es parte de la familia). Recuerdo que eran las 11 de la noche y que mamá me dijo que no la sacara porque ya era tarde y un poco peligroso estar saliendo a esas horas pero yo terca como siempre, no le hice caso y la saqué. Mi gorda muy feliz salió a la calle y en un descuido de segundos, mientras yo estaba entretenida con mi celular, princesa estaba comiendo de una bolsa con papel periódico y si no fuera porque mi prima estaba por ahí y me pasó la voz, ni cuenta me daba que lo que estaba comiendo era veneno. Me puse muy nerviosa, no sabía que hacer, solo le rogaba a Dios de que no fuera así y empecé a observarla muy atenta cuando de pronto Princesa empezó a botar bastante saliva. Ahí si me asusté muchísimo, busqué en mi lista de contactos y no tenía el número del veterinario! mamá tampoco lo tenía y a esas horas todas las veterinarias estaban cerradas y para colmo era Domingo. Gracias a Dios mi prima tenía el número guardado en su celular y el veterinario llegó al poco tiempo, la examinó y le aplicó el antídoto, fue difícil porque mi princesa no se dejaba, estaba muy inquieta, corría de un lado a otro porque le estaba quemando el estómago y yo sentía como sufría con tal solo verla. Ese día no quise desprenderme de su lado, me eché a su costado, estuve acariciándole y pidiéndole que por favor no nos dejara... mientras recordaba todos los bellos momentos que pasamos.

Esta es una escena parecida a todos los recuerdos que pasaron por mi mente aquel día. El que tuvo en algún momento o tiene una, debe saber lo que se siente.


Definitivamente, el perro es el mejor amigo del hombre.