Que bonito es cuando te sorprenden, a mi ¡me encanta! y ayer fue uno de esos días.
Al salir del trabajo, en la puerta estaba él, esperando a que saliera. Me dijo para salir por ahí, al cine quizás. Le dije que podíamos ir a Risso, que era el cine que quedaba más o menos cerca con lo que él inmediatamente respondió: No, iremos a Larco. Me sorprendió la seguridad con la que lo dijo porque mientras yo lo pensaba, él ya estaba tomando el taxi y porque hace mucho tiempo que no ibamos allá, es uno de mis lugares favoritos (no se que tiene de especial que me gusta tanto). Llegamos, estuvimos abrazaditos observando el mar, recordando años atrás, hasta que empezamos a sentir frio y nos fuimos por un Macchiato al Starbucks. El ambiente estaba tan bueno que nos quedamos platicando hasta que nos acordamos ¿No ibamos a ir al cine? y riendo nos fuimos presurosos a ver la película que habiamos escogido.
Al salir de la sala nos miramos el uno al otro y me pregunta: ¿Tienes hambre?. Le miro con unos ojitos y el mismo responde "Si, yo tambien. Vamos". Entramos al Tony Roma's y pedimos mesa para dos, estaba casi lleno y nos preguntaron si la mesa de allá estaba bien (Era una mesa con una bella vista al mar y parecía que había sido reservada especialmente para los dos). Comimos hasta decir basta, con decir que dejamos casi la mitad del plato y éso que ambos somos de tener "buen filo" por así decirlo. Y para empezar la noche, este, que diga, para terminar la noche jeje nos pedimos unos martinis, que estuvieron buenísimos. Y así, entre risas, besos y brindis, el tiempo pasó como volando. Fue una excelente noche. Fue nuestra noche.